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sábado, 27 abril, 2024
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Yecla
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Las bodegas resisten con gran dificultad pero temen el golpe que sufrirá el enoturismo local

El Consejo Regulador  recuerda que este tipo de turismo es ya clave para la economía local

Las bodegas de Yecla afrontan unos días inciertos, pese a seguir en funcionamiento al formar parte de la industria agroalimentaria. El vino de nuestra ciudad, que se dedica en un 90% del total de su producción a la exportación, se sigue embotellando, si bien a un menor ritmo que hace sólo unas semanas.  Pero la mayor preocupación es el impacto que esta crisis sanitaria pueda tener en el enoturismo, que se ha tenido que suspender por completo al decretarse el estado de alarma.

El secretario del Consejo Regulador de la DOP ‘Yecla’, Antonio Candela, explica que “en las bodegas de Yecla estamos trabajando con planes de contigencia, como acortando la jornada de trabajo o estableciendo turnos para que los trabajadores no tengan que coincidir. También el Consejo Regulador sigue al pie del cañón pero en este caso optando por el teletrabajo. Estamos muy preocupados porque vemos que cuando esto acabe vendrá una gran crisis pero poco podemos hacer. De momento satisfacemos los pedidos que teníamos, pero el mercado nacional ha implosionado y tiene un incierto futuro. Me gustaría ser optimista, pero en estos momentos sí creo que puede afectar al empleo en el sector vitivinícola a medio plazo”.

El enoturismo, cada vez más arraigado en Yecla, se ha llevado la peor parte porque “en Yecla está funcionando muy bien. Ruta del Vino ha hecho una gran labor estos años y se ha atraído a mucha gente de fuera con nuestras propuestas. Ahora, esta gran riqueza para la economía local y para el Altiplano se ha visto cortada en seco y es muy duro que nuestros restaurantes y bodegas no puedan abrir al público”, afirma Candela. A esto hay que sumar que la pandemia está afectando a todo el mundo, incluidos países como los asiáticos y Estados Unidos que consumen vino de Yecla, con lo que las cifras de exportación también pueden verse seriamente dañadas. Antonio Candela acaba con un mensaje de positividad, “porque aunque esto nos ha recordado lo frágiles que somos permitirá que afrontemos con energía y unidad unos tiempos adversos”.

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