Pioneros de la espeleología yeclana se reunen en Calasparra en una de las cavidades más bellas y de mayor recorrido horizontal del levante español
Julio Alonso Gil
La Cueva del Puerto de Calasparra es una de las cavidades más bellas y de mayor recorrido horizontal del levante español. Tiene casi cinco kilómetros topografiados, de los cuales unos 800 metros han sido habilitados para visitas turísticas. Más de 1.000 personas la visitan cada mes durante todo el año.
En su origen, fuertes corrientes de agua fueron erosionando y moldearon caprichosamente numerosas galerías y amplias salas. Muchos años después el agua siguió siendo protagonista creando multitud de espectaculares formaciones kársticas con estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas…
Hace ahora cincuenta años estábamos en Yecla un grupo de muy jóvenes entusiastas de la espeleología. Algunos de nosotros asistimos algunos años a un campamento nacional de espeleología que organizaba la OJE (Organización Juvenil Española) en Ramales de la Victoria, en Santander. En este campamento visitábamos numerosas cuevas que hay por esta zona.
Nos dedicábamos activamente a buscar y explorar las cavidades que teníamos a nuestro alcance. La primera “expedición” espeleológica se realizó a Cueva Simarro, en Alcoy, que duró varios días. Visitamos con frecuencia la Cueva de Los Chorros del Río Mundo, donde vivimos varias aventuras.
Por aquellos años tuvo lugar el primer curso provincial de espeleología, organizado conjuntamente por grupos de Murcia, Cieza y Yecla. Consistió en tres fines de semana, más un cuarto en el que nos fuimos todos a la Cueva de Los Chorros. Aprendimos mucho de los profesores, que vinieron principalmente desde Madrid y Alcoy.
En aquella época estábamos muy en contacto con los espeleólogos de Cieza, con los que coincidíamos algunos veranos en el campamento de espeleología de Ramales de la Victoria. Fueron ellos los que nos comunicaron telefónicamente que habían descubierto una cueva que podría ser importante. Nos explicaron donde estaba y como llegar a ella, y quedamos en vernos el domingo siguiente en la puerta de la cueva para explorarla. Mi amigo Nicandro Albert y yo, Julio Alonso, adelantamos la salida y entramos a la cueva el sábado, en cuyo interior dormimos. Cuando llegaron los amigos de Cieza, ya llevábamos nosotros 24 horas metidos dentro. Fuimos de los primeros en entrar a la Cueva del Puerto. Fuimos los primeros en recorrer muchas de las salas y galerías de la cueva más espectacular e importante de la Región de Murcia. En los años siguientes, este grupo de espeleólogos yeclanos realizó frecuentes salidas dedicadas a explorar y estudiar esta cueva.
Cincuenta años después nos reunimos diez de aquellas personas, acudiendo desde distintas partes del país, para pasar un día juntos visitando esta cueva a la que dedicamos tantas horas en nuestra juventud. No faltó una buena comida en la que recordamos aventuras y contamos anécdotas. Un buen día.