La exposición se inauguró el pasado viernes, 5 de octubre, y permanecerá abierta hasta el 28 de este mes. La nueva muestra de Victoria Carpena constituye la décima individual y la ha preparado durante los tres últimos años
Victoria Carpena expone en la Casa Municipal de Cultura, del 5 al 28 de octubre, una obra atractiva, que ostenta la magia del color, del misterio y de un amor tangible e intangible.
La muestra, de un cromatismo intenso o desvaído, se centra en la figura humana. Su título, "Personas", sugestiona y sugiere. Aparecen figuras solitarias, sutiles, deliciosas, congeladas en una atmósfera onírica. También se muestran parejas, en múltiples relaciones, que se funden, que se alejan, que sueñan… Figuras apacibles, amables, que transmiten emoción, que expresan una dulce melancolía. Son figuras poéticas, que hablan de amor y pregonan el sentimiento con las notas de una música callada.
La obra de Victoria tiene como base el dominio del dibujo, ágil y preciso. Su pintura es color y geometría; una geometría racional y armónica, de rectas y de curvas delicadas o atrevidas, voluptuosas, que juegan con un equilibrio majestuoso. En los paisajes, las rectas -que se pierden en el infinito- otorgan una profundidad exquisita. Y las casas, concentradas y quiméricas, con líneas rectas y pigmentos gualdos y blancos manchados, son un pregón indefinible.
A veces, el dibujo de perfiles osados llega al esperpento, como en una vieja decrépita, de carnes fláccidas.
Y siempre la armonía del dibujo y del color, incluso en las composiciones audaces de colores intensos y planos. Gualdos, grises, blancos, azules y violetas, rojos y naranjas…, ofrecen, a la par, música y poesía.
Los violetas, estáticos o en movimiento, engendran un sinfín de sentimientos y sugerencias. La vista se extasía con violetas concentrados o evasivos, con violetas nazarenos, con morados que fluyen hacia el azul, o con violetas que se diluyen en una luminosidad inenarrable.
La pintura de Victoria presenta una rica gama de matices cromáticos de naranjas y rojos incendiarios, de verdes y amarillos pálidos o intensos, de delicados marrones…, que buscan la fusión quimérica de un mundo real y de un mundo que sueña.
La obra de Victoria, de una personalidad inquebrantable, utiliza una amplia variedad de técnicas, destacando los dibujos de gouache, de barra de óleo y cera sobre papel, y collage…, con una novedad estupenda: dibujos sobre escayola, a mitad de camino entre el relieve y la imagen plana, también con una atractiva riqueza cromática y variedad de técnicas.
La exposición, que se puede contemplar en la Casa Municipal de Cultura, constituye la décima individual de Victoria, que la ha preparado durante tres años; también ha participado en numerosas exposiciones colectivas.
Victoria celebró la última exposición individual, en mayo de 2010, en la sede de la Asociación de Mayordomos, y la última colectiva, en noviembre de 2011, en la Escuela de Música, a beneficio de la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer.
Texto: Martín Azorín Cantó – Fotografías:Juan Cristóbal Muñoz Martínez