Es lo que tienen las tradiciones, que se han forjado durante años y siglos y hoy no podemos hacer otra cosa que mantenerlas y disfrutarlas
Antonio M. Quintanilla Puche
El año pasado les comenté que habíamos vivido la inolvidable experiencia de desfilar vestidos de ‘tiraores’ en Villena con motivo del 50 aniversario de sus Fiestas de Moros y Cristianos. Hoy vuelvo a sacar a colación este tema porque este año el director del periódico Siete Días Jumilla, alias Gustavo López González, tuvo el gran honor de pregonar las Fiestas de Moros y Cristianos de la vecina localidad del Altiplano. Creo que ya he contado en alguna ocasión que la figura del pregonero, tan tradicional socioculturalmente en nuestra piel de toro, resulta muy difícil de explicar a los extranjeros que nos visitan porque no existe en otros países o son una excepción los pocos países donde el cargo de pregonero ha echado raíces. (Ahora que lo pienso, podemos afirmar sin ningún tipo de dudas que los extranjeros que visitan Yecla se deben sentir como en su casa cuando se enteran de que Yecla… también es el extranjero).
Tontunas aparte, quería contarles que a final de mayo nos desplazamos a Jumilla para asistir al pregón de las Fiestas de Moros y Cristianos de Gustavo López. Para resumirles su excelente intervención solo les reproduciré la frase que más ha calado en todos los medios de comunicación que se han hecho eco del acto: “En Jumilla, los moros y cristianos han dejado de ser enemigos para ser compañeros de fiesta”. Una fiesta que algunos jumillanos con los que charlamos no sabían que en Yecla no tenemos Moros y Cristianos. Qué cercanos vivimos y lo poco o nada que nos conocemos los jumillanos y los yeclanos, salvo para achicharrarnos a chistes desde uno y otro lado. Les llamaba mucho la atención teniendo en cuenta que los yeclanos estamos rodeados de Fiestas de Moros y Cristianos: Villena, Caudete, Almansa, Jumilla, Pinoso… Y a penas nos desplacemos un poco hacia el levante o el interior de nuestra Región encontramos Moros y Cristianos en la mayoría de pueblos. (Cuando éramos muy jóvenes, y aguantábamos todas la marcha que nos echaran encima, era muy popular y osada una expresión jocosa que afirmaba que las mejores fiestas de Yecla eran las de Villena, refiriéndose a los Moros y Cristianos a las que no faltábamos ningún año).
A lo mejor en Yecla hemos sido siempre muy admiradores de esa celebración que protagonizan piratas, musulmanes, contrabandistas, estudiantes y un largo etcétera de cávilas y huestes, porque no las tenemos aquí y por eso mismo, por lo menos a un servidor, nos llaman tanto la atención. Que me perdonen los historiadores si meto la pata pero si no me falla la memoria histórica las Fiestas de Moros y Cristianos se llegaron a celebrar en Yecla a primeros del siglo XVIII, sobre principios de 1700 en honor a la Inmaculada. Pero por lo visto la cosa del jolgorio se fue de madre y al final en Yecla tuvieron que intervenir las milicias concejiles para poner un poco de orden. Es lo que tienen las tradiciones: se han venido forjando desde hace años y siglos y hoy ya no podemos hacer otra cosa que mantenerlas y disfrutarlas. Sin obligar a nadie, por su puesto, pues eso faltaba. Pero así es y no hay más vuelta de hoja.
