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jueves, 28 marzo, 2024
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¿LA SIERRA DE SALINAS, DICE USTED?

“La Sierra de Salinas constituye uno de los ecosistemas forestales más importantes del Altiplano. El aspecto de la sierra es agreste, con notables barrancos encajados entre sus laderas. La cumbre de la sierra se conoce como ”Capilla del Fraile”, y cuenta con 1.238 m. de altitud sobre el nivel del mar, lo que la convierte en el punto más elevado del término municipal de Yecla y el segundo del Altiplano. Las umbrías, barrancos y cantiles en la parte norte del macizo, constituyen la parte más interesante de la zona, cubierta de un denso bosque de pinos carrascos, con ejemplares de gran porte y edad, la mayoría de origen natural.

Por encima de los 950 m. de altitud aparece el encinar, con menor superficie de la que debió tener antaño, y al que acompañan quejigos en los barrancos más húmedos. Junto a ellos, y en apretado sotobosque, coscojas, madroños, durillos, madreselvas, cornicabras. La diversidad faunística que habita el paraje es enorme, distribuida por los diversos biotopos que componen el paisaje de la sierra. El pinar es el ambiente más favorable para muchas de ellas, aprovechando también un buen número de especies los cultivos existentes en las faldas para alimentarse”. (Punto y aparte).

Pero que muy aparte porque hoy me van ustedes a permitir que tras escribir 1.063 ‘Crónicas yeclanas’, haya decidido echarle más cara que espalda a estas líneas: El párrafo entrecomillado que inicia este artículo es un copia y pega extraído de la web municipal. El día que tocaba estudiar la Sierra de Salinas hice pellas (también), y por eso suspendí el examen sobre el popular paraje yeclano. De ahí que se me haya ocurrido esta descarada artimaña para describir sin temos a meter la pata el inmenso tesoro que supone para Yecla la Sierra de Salinas. ¿La Sierra de Salinas? ¿De verdad?

Sí, la misma de la que este periódico informó recientemente que los Ayuntamientos de Yecla y Villena han solicitado a sus respectivos gobiernos autonómicos que la declaren Parque Natural. Una iniciativa que merece todos los aplausos porque, además de por razones obvias en cuanto al empuje que la catalogación de Parque Natural puede suponer para el término, esta nueva denominación también nos tendría que hacer reflexionar sobre que no todo el monte es orégano, o lo que viene a ser lo mismo, que además del Monte Arabí tenemos otros encantos medioambientales que igualmente merecen nuestra misma atención.

Con tanto ruido (contaminación acústica, lo llaman ahora), que está haciendo la macrogranja porcina a veces los yeclanos damos la impresión de que solo vivimos por y para el Arabí, cuando tenemos a nuestro alcance otros entornos naturales igualmente extraordinarios: Las Pansas, El Cuchillo, El Carche, El Serral, Tobarrilla… Joyas de nuestro patrimonio natural que, sí o sí, han de animarse a conocer quienes todavía no los han descubierto sintiéndose orgullosos de que se levanten en nuestra tierra, la misma donde se encuentra el Monte Arabí y la Sierra de Salinas.

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