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lunes, 11 noviembre, 2024
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ENHORABUENA, ALFONSO, LO HAS CONSEGUIDO

En cada libro ha seguido la pista de cerca a Yecla y ahora también a Almansa desde que compartió la vida con su inseparable Belén

Sabíamos que la vida le estaba echando un pulso a Alfonso Hernández Cutillas pero no imaginábamos que la partida estaba a punto de terminar ni que el resultado sería el único por el que jamás hubiéramos apostado. Todos salimos perdiendo en esta competición que nos enfrenta a la vida y en la que nunca vamos a tener la más mínima posibilidad de ganar. Nuestra derrota ahora ha sido perder a Alfonso. Y Yecla también ha salido perdiendo. Con los años hemos pasado de la sospecha al pleno convencimiento de que Yecla lamentará algún día que cada vez nos vayan quedando menos yeclanos como Alfonso. Da la impresión de que nadie va a venir nunca a reemplazar a nuestros más veteranos escritores, divulgadores y cronistas locales, o al menos aún no se les ve ni por asomo en el horizonte.

Es una pena. Yecla necesita a yeclanos como Alfonso que dediquen su vida a indagar en nuestras raíces para que el presente se nos haga un poco menos cuesta arriba. Aunque sea una expresión muy trillada, al menos nos queda el consuelo de que siempre tendremos a Alfonso a nuestro lado, cada vez que abramos los libros que nos ha dejado para siempre y que ya nadie nos quitará nunca. Es un regalo para Yecla tener a un vecino como Alfonso que desinteresadamente echó más horas que el reloj escudriñando y recopilando nuestro pasado hasta servirnos en bandeja la comodidad de poder leerlo detenidamente. Casi una veintena de libros escritos, y abundantes e incontables crónicas y artículos en prensa y revistas, como resultado de impagables horas investigando y descifrando legajos, expedientes, registros, hemerotecas e ingente documentación que Alfonso desmenuzaba en sus incansables viajes a las bibliotecas y archivos históricos de muchas ciudades, con el único propósito de recopilarlos y publicarlos en un nuevo libro para que nosotros ampliáramos nuestra percepción de este, dicho con palabras de Castillo-Puche, pequeño mundo de Pascualico en el que nos ha tocado vivir.

Desde cada uno de sus libros Alfonso, para no hacernos falsas ilusiones, nos recordará siempre porqué los yeclanos somos como somos y qué ha sido de nosotros hasta llegar aquí, siguiendo siempre de cerca la pista a Yecla, y ahora también a Almansa, en donde se enraizó como un almanseño más desde que compartió su existencia con su inseparable Belén. “Si te llamas Belén eres de Almansa; si Virtudes, seguro que de Villena, y si te llamas Concha o Inmaculada eres yeclana”, les habré soltado de broma a ambos cientos de veces, cada vez que me saludaba con ellos y volvía a sentir tanta envidia porque cada tres por dos Alfonso presentaba un nuevo libro a pesar de que la pareja no paraba de recorrer el mundo. Qué envidia, no dejar de viajar y a la vez saber disponer del tiempo necesario para meterse de lleno en las miles de páginas que antes de ver publicadas fue tejiendo pacientemente en su cabeza. Y qué suerte también saber que quienes te hemos conocido, y los que a partir de ahora te irán conociendo a través de tus libros, no te olvidaremos nunca. Por eso, enhorabuena, amigo Alfonso, lo has conseguido. Te lo mereces.

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