Llegó hace menos de tres años a CCOO y en este breve lapso de tiempo ha resultado elegido secretario comarcal por la Ejecutiva regional tras varios hitos: ganar a USO las elecciones sindicales de 2019 y mejorar la afiliación: su principal reto ahora es atraer a los jóvenes
¿Puede resumir cuál ha sido su trayectoria en el sindicato CCOO ?
Yo llegué a CCOO en noviembre de 2018, tras una trayectoria en el sindicato UGT de tres años. En Comisiones Obreras empecé a trabajar como agente electoral y asesor laboral. Visitando empresas por las mañanas y atendiendo consultas en la sede, por las tardes. Francisco Martínez, el anterior secretario comarcal, quería irse retirando, pues ya había llegado a la edad de la jubilación. Yo he trabajado intensamente estos años. Mi llegado coincidió con las elecciones sindicales de 2019 que por primera vez CCOO ganó a USO en todas las secciones: madera, metal… Creo que eso fue esencial para convertirme en un referente y que nuestro líder regional pensara en mí para este puesto. Agradezco a Santiago Navarro, a Francisco Martínez y a José Ortega toda la confianza que han depositado en mí para dedicarme a esta labor.
¿Qué retos y objetivos se ha marcado?
Cuando uno llega nuevo a un sitio y obtiene un gran éxito, lo difícil suele ser mantener ese nivel. Lo primero que quiero hace es seguir estando al lado de los trabajadores, porque eso es lo que refuerza a un sindicato. Dar un trato cordial, pero también solucionar problemas. Queremos que nos tengan como una referencia para eso. Además, seguiré potenciando el apartado de Extranjería, que mi compañero José Ortega ha convertido en un referente de CCOO estos años. Y por supuesto, aunque nuestra afiliación ha mejorado y tenemos 1.200 afiliados, casi todos de Yecla, quiero mejorar la afiliación, que sigue siendo nuestra mayor fuente de financiación, aunque muchos crean que son las subvenciones del Estado. Estas van a menos y nosotros tenemos que seguir desarrollando un trabajo digno. Por último, quiero visibilizar más a CCOO. En los medios de comunicación, en los actos sociales de Yecla… Ese es otro de mis objetivos.
¿Cuáles son los mayores problemas laborales que tiene Yecla?
La precariedad. Nóminas bajas, economía sumergida… Queremos ir, poco a poco, igualando los sueldos de la madera con los del metal, pero en sectores como el comercio y la hostelería que no están sujetos a revisión de convenio, la situación es más dramática. Yecla ha sido siempre un pueblo de horas extra pero los trabajadores deben saber que dichas horas extra no les repercuten en nada en sus pensiones de jubilación, que se verán muy reducidas con las nóminas tan bajas que tienen. Hay que ir concienciando a los trabajadores sobre este aspecto aunque es complicado porque la Patronal está en una posición de fuerza con respecto a este asunto.
¿Cómo son sus relaciones con el otro sindicato presente en Yecla, USO? ¿Existe unidad para los temas fundamentales?
Mi relación con Antonio Ibáñez, el responsable de USO es muy buena. Y también lo es con su hijo, Javier. Todo apunta en USO a un relevo generacional y nosotros estamos llegando a muy buenos acuerdos. Lógicamente, cuando llegan unas elecciones sindicales, todos queremos ganarlas, pero más allá de eso, sabemos que la unidad es buena para todos los trabajadores que ambos sindicatos representamos. Por eso hemos creado un calendario laboral conjunto de 2022 y vamos al unísono en negociaciones como la del convenio de la madera.
Los sindicatos han estado denostados en los últimos tiempos… ¿Cómo puede combatirse esto y mejorar la imagen de los mismos?
Los sindicatos hemos sido fundamentales en democracia y el trabajador que no quiera verlo, está equivocado. Las vacaciones, las tablas salariales, los permisos de maternidad o paternidad.. Todo lo decidían los empresarios hasta la llegada de los sindicatos. En cuanto a lo de la imagen denostada, es lógico que cuando gobierna la derecha, se nos hagan menos concesiones, pero en este momento, con un Gobierno progresista, los sindicatos estamos siendo actores fundamentales para logros como vincular las pensiones al IPC o la subida del salario mínimo, de tal modo que en España nadie pueda cobrar menos de 965 euros al mes. Los sindicatos repercutimos en las vidas de los trabajadores, especialmente de los trabajadores pobres que merecen todo nuestro apoyo. Esa es la mejor manera de combatir esa mala imagen de nosotros que algunos se empeñan en ofrecer.
