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miércoles, 24 abril, 2024
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CRÓNICAS YECLANAS- «Esos mismos profesionales de la Sanidad»

Por Antonio M. Quintanilla

Quienes venimos dejando nuestras palabras por escrito desde hace la friolera de años tenemos el mejor aval que pueda respaldarnos cada vez que expresamos nuestra opinión. Lo que decimos hoy lo venimos defendiendo siempre e incluso nos hemos batido el cobre con algún exaltado defendiendo nuestros puntos de vista. ¿Y a cuento de qué viene hoy esta soflama deontológica? Pues mire usted, hoy, en nombre de todos los medios que llevamos adelante en esta casa, (SIETE DIAS, LA VERDAD y COPE YECLA, con sus webs y redes sociales), quiero dedicar este número 600, a todos los profesionales de la Sanidad de nuestro Hospital Virgen del Castillo que están combatiendo al coronavirus cuerpo a quemarropa. Tiempo tendremos para mirarnos un poco el ombligo con motivo de este aniversario. (Punto y aparte y entramos en materia).

Hoy toca homenajear a los hombres y mujeres que se están jugando la vida y a quienes dedicamos emocionantes aplausos desde los balcones, espero que no sea en plan de postureo ante los vecinos o dando más la impresión en ocasiones de que  estamos actuando en un circo o en el tablao del Corral de La Pacheca. Pero aún así, hasta aquí todo perfecto, y que nos dure mucho este arranque solidario que ha sacado lo mejor de nosotros en estos días tan negros. Pero, y aquí está el porqué de las primeras palabras de este artículo, ojalá que cuando pase esta locura nadie se olvide de que esos profesionales de la Sanidad son los mismo que nos han atendido hasta hoy y los que seguirán pendientes de nuestra salud en adelante. Esos mismos profesionales de la Sanidad son los que muchos ponen verde si tienen que esperar más de la cuenta en las consultas. Los mismo a los que tantos energúmenos les montan el pollo en la puerta de Urgencias; o cuando nos extraen sangre tras entregarles el tarro con nuestro pipí y les ponemos malas caras en cuanto la cola se alarga un poco más de la cuenta; los mismos a los que importunan en los mostradores donde nos vamos a pedir con el especialista.

Esos mismos profesionales de la Sanidad que aplaudimos con tanta alma, corazón y vida, y nada más, son los mismos que nos cuidan cuando nos ingresan y a los que montamos la bronca del siglo porque queremos que nos atiendan a nosotros antes que a nadie; los mismos profesionales que pasan consulta por las habitaciones soportando miles de estupideces y salidas de tono de pacientes que no saben hacer la o con un canuto pero que farfullan como doctores o catedráticos en Medicina. «¡Este médico no entiende. ¿A mí me va a decir lo que yo tengo?». Por no hablar de los profesionales que llevan escolta para evitar las agresiones. Y que nadie se piense que esos mismos profesionales de la Sanidad que ahora ovacionamos con tanta ansia acaban de aterrizar en Yecla en misión especial urgente  porque llevan aquí desde siempre, como también podemos decir del servicio de limpieza, cocina, mantenimiento o celadores. Y no me olvido de los policías, bomberos, guardias civiles, voluntarios de Cruz Roja o Protección Civil.

Las mismas palabras que diríamos de los maestros o los funcionarios a los que siempre llevamos por el camino de la amargura. Y, ¡¡por supuesto!!, habrán muchos de esos profesionales que a usted o a mí nos caigan mal, que no sean el colmo de la simpatía, que se levanten un día con el pie izquierdo, se equivoquen y metan la pata, o den la impresión de que trabajan con desgana y menos empatía que el radiador de mi dormitorio. Y es que esos profesionales son personas idénticas a todas las que conviven con usted y a diario tiene a su alrededor… ¿O van a pagar siempre justos por pecadores cuando exactamente las mismas tiranteces y buenas y malas caras ponen de vez en cuando todos los miembros de su familia, su empresa, su grupo de amigos o su vecindario? ¿O no?

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