“Es maravilloso que San Isidro haya cambiado mucho y nada en los últimos 40 años”
Marta Román
Dolores, usted ostenta el honor de ser la primera Labradora de Honor de las Fiestas de San Isidro de Yecla. ¿Qué sensación le produce?
Sí, tomo el relevo a Pepe Ortega, el primerísimo Labrador de Honor el año pasado. Me produce una sensación de profunda alegría y a la vez perplejidad. Cuando me citaron en la Federación para notificármelo no me lo esperaba y tampoco entendía muy bien por qué a mí cuando hay tantísimas personas que se desviven por San Isidro. En todo caso acepté de inmediato y lo tomo como un gesto de cariño de quienes han vivido las Fiestas a mi lado a lo largo de más de 40 años.
40 años, toda una vida…
La verdad es que sí. En 1992 fui socia fundadora de la peña ‘El Púe’ y ya participaba en las Fiestas antes de que existieran las peñas. Ahora formo parte de la peña ‘El Arao’ y siempre he participado activamente de una u otra forma. También participé en la fundación de la Federación en 2000, después de cuatro años de recabar documentación. Lo único que me ha faltado es la cabalgata a lomos de un caballo. Antes se hacía y siempre fue un sueño, pero por ahora me quedo con este galardón tan emotivo.
¿Han cambiado mucho las Fiestas en estos 40 años?
Mucho y nada. Es lo bueno de San Isidro, que mantiene la esencia y la tradición, pero mejora algunos aspectos que le dan esa magia única. Antes, por ejemplo, las carrozas eran mucho más simples. Incluso cuando las empezamos a hacerlas de papel, los pegábamos con una mezcla de harina y agua y no los doblábamos tan bien. Además, en la cabalgata desfilaban muchas menos carrozas y participaban muy pocas personas. Hacíamos las carrozas en cocheras pequeñas, nada que ver con las naves de ahora. Era muy típico colocar a una persona en lo alto de la carroza. A veces incluso tenía que subir a un balcón o a la plataforma de la Cooperativa del Vino para subir a lo alto de la construcción.
¿Cómo está viviendo este año tan especial para usted?
Día a día, disfrutando todo lo que puedo de cada momento. Es muy entrañable que personas a las que quiero mucho y otras a las que no conozco tanto me paren por la calle a felicitarme, no esperaba que se enterase tanta gente… Una tiene siempre la sensación de que esto queda en casa, pero cuando salgo a la calle o acudo a los actos recibo mucho cariño.
¿Cuál es su deseo para los años futuros?
Hace 40 años ni imaginábamos estar entre las Fiestas de Interés Turístico Nacional. Mi deseo es que consigamos ahora el Internacional, pero guardando esa esencia tan nuestra. Que sigamos disfrutando de la cabalgata del sábado con alegría y moderación, pero también que los jóvenes sigan animándose a hacer carrozas, a lucir los trajes en las ofrendas, que acudan a la Hoguera, un acto precioso. Y que continúen con la misma ilusión con la que nosotros rescatamos estas Fiestas. Con eso me daría por más que satisfecha.