Médico, historiador, autor o coautor de varios libros (este es el sexto), el doctor Soriano Palao, presidente también del Centro de Estudios Locales presentó el jueves en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Murcia “El siglo de las fiebres”, que ha editado La Fea Burguesía
Alex Delegido
¿Cómo surge en usted la idea de abordar cómo afectó la enfermedad del paludismo a la Murcia del siglo XVIII?
Mi objetivo era poner el valor la quina, un descubrimiento científico hecho por españoles en la Universidad de Lima y que llegó a España y a Europa, por mediación del virrey del Perú y parte de los jesuitas allí establecidos y que fue clave para combatir el paludismo, o las fiebres tercianas como se las conocía en el siglo XVIII. Un fármaco que salvó muchas vidas, también en Yecla. Además, es un tema sobre el que no se ha escrito mucho. Y además, como en aquellos momentos el Antiguo Reino de Murcia incluía también, además de Yecla a poblaciones cercanas como Almansa, Villena o Caudete, lo consideré muy interesante y me puse a ello.
¿Cómo ha sido el proceso de documentación y de escritura de “El siglo de las fiebres”? ¿Qué archivos ha tenido que consultar y cuánto tiempo le ha llevado redactarlo?
He estado consultando el Archivo Municipal de Cartagena, porque las epidemias de paludismo se cebaron especialmente con esta localidad en el siglo XVIII. También he consultado el Archivo del Obispado y además, como soy muy aficionado a trabajar en Internet y he consultado bastante Google Libros. El proyecto me ha tenido ocupado año y medio, aproximadamente. Un año dedicado a la investigación y otro medio para la escritura.
Uno de los capítulos habla de la incidencia del paludismo en Yecla… ¿Cómo se vivió la enfermedad en nuestra ciudad hace tantos años?
En Yecla hubo varios brotes de paludismo y se producían especialmente tras las lluvias de principio o de final de verano, que propiciaba la aparición de aguas estancadas en la antigua huerta de Yecla. Así surgían los mosquitos, que son los insectos que transmiten el paludismo. El peor de esos brotes tuvo lugar en 1786 y lo describo de forma exhaustiva en el libro. Hubo muchos muertos y una situación de grave crisis porque los enfermos, como es natural, no podían trabajar y faltaba el sustento para muchas familias. Pero ya entonces se pudo utilizar la quina como remedio, proporcionada entonces por la Corona. España tenía a un Rey como Carlos III, sensible a este grave problema y que procuraba donar este fármaco que llegaba a los afectados a través del Obispado, aunque, como es lógico, no resultaba suficiente para todos. El paludismo fue responsable de una alta mortalidad en nuestra comarca.
Además de su labor como investigador y escritor sigue usted al frente del Centro de Estudios Locales de Yecla y Norte de Murcia, el CEL…¿En qué momento se encuentra y qué actividades preparan para los próximos meses?
En Yecla tenemos una multitud de actos culturales, festivos y sociales y por eso resulta complicado mantener alto el nivel de actividad, pero sí estamos preparando unas jornadas para el próximo otoño que se van a celebrar e el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Yecla, donde hasta ahora nunca habíamos organizado ningún acto. Serán cinco sesiones con una temática que abordará la industria del mueble en Yecla, desde su nacimiento, a su evolución hasta llegar al auge actual de la industria del descanso. Otro eje temático será el vino y su evolución comercial y también proyectaremos un trabajo audiovisual de Fernando Faura sobre las construcciones rurales en Yecla, es decir, las ruinas de las casas de labor o antiguas fincas de nuestros parajes. El CEL cuenta con unos 40 socios que aunque tenemos ganas y energía, estaríamos encantados de recibir a nuevos universitarios, personas recién licenciadas que puedan publicar trabajos con nosotros y ampliar sus conocimientos.
¿Ha elegido ya nuevo proyecto?
Quiero seguir escribiendo sobre los siglos XVIII y XIX que me interesan mucho, sobre mi pueblo, sobre mi Región pero todavía no he elegido la temática. Estoy muy centrado aún en este libro.
