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jueves, 3 octubre, 2024
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Carlos Ibañez Bordallo, cuando la moda se convierte en arte

Este diseñador de moda ha trabajado, entre otros, con Agatha Ruíz de la Prada. Y nos cuenta cuales son sus inquietudes en este arte.

DAVID NAVARRO JUAN

Carlos Ibáñez Bordallo (@_thegreatcarlos y @_thegreatyo en sus redes sociales), estudiante de diseño nacido en nuestra localidad en 1994, es el joven creador que esta vez protagoniza nuestra sección de entrevistas.

Carlos, ¿cuál ha sido tu experiencia formativa hasta hoy?
Hice el Bachillerato de Artes en el Instituto Azorín y luego me fui a Madrid a estudiar Diseño de Moda en la Escuela Superior de Diseño. Fueron cuatro años de carrera y durante ese tiempo la verdad es que disfruté de bastantes experiencias distintas. Por ejemplo, realicé prácticas en el estudio de Agatha Ruiz de la Prada, donde creé algunos complementos. Ahora mismo sigo en Madrid, cursando un máster de Diseño en la Universidad Complutense.

¿Qué sitio buscas como diseñador de moda?
El mundo de la moda es un poco complicado. Es una industria muy grande y a la que pueden hacerse muchas críticas: es de las más contaminantes, es uno de los motores del capitalismo y de la sociedad de consumo… Personalmente, no sé, no es que pretenda cambiar nada (sería pretencioso), pero sí me gustaría que mi trabajo sirviese para ordenar un poco las cosas. En cualquier caso, si algún día mis diseños acaban en grandes tiradas de producción estaré igual de contento que si trabajo por mi cuenta a base de encargos o realizando pequeñas colecciones propias.

¿Y qué tipo de moda es la que quieres crear?
Es difícil crear algo verdaderamente nuevo y que al mismo tiempo atraiga a la gente. Durante los años de carrera solía caer en el error de diseñar la ropa que a mí me gustaría llevar pero que no encuentro. Obviamente, esto no lleva a ningún sitio porque la ropa que está en las tiendas es precisamente la que más gente está dispuesta a ponerse. Así que al final, acabas buscando referencias en las grandes firmas, mirando a la calle y rediseñando. Hay que conocer qué se está haciendo para saber qué se vende. Otra cosa es que sólo quieras crear. Como aún estoy estudiando, a mí ahora mismo no me preocupa tanto vender como que a la gente le interese lo que soy capaz de idear. Me siento en período de pruebas: viendo qué soy capaz de hacer, etcétera.

¿Dónde encuentras inspiración y cómo es tu proceso creativo?
Para un diseñador la inspiración puede venir de cualquier sitio, desde una película hasta un cuadro. En cuanto al proceso, hay veces que tienes una idea y luego la desarrollas y ocasiones en las que es el propio material el que te inspira. Pero suelo trabajar casi siempre sobre una temática o con un interés concreto, porque diseñar para crear simplemente un “estilo” muchas veces me aburre. Y bueno, me gusta trabajar con los colores y ponerme retos. Creo que uno de ellos es pensar la moda para hombre más allá de los grises, negros y marrones.

En la pasada edición del Festival CreAcción expusiste algunas piezas y fotografías de tu proyecto “thegreatyo, Qamkunapa”. ¿Podrías hablarnos sobre él?
Allí expuse una muestra de mi proyecto de moda más completo, realizado en colaboración con AFEMY y que presenté como mi Trabajo Fin de Estudios. La intención era crear una colección a partir de la idea de “slow fashion” (moda lenta), según la cual el diseñador ofrece su trabajo cuando tiene algo nuevo que ofrecer y no en función de las temporadas o tendencias. Quería realizar un proyecto cuyo proceso de elaboración beneficiase al mayor número de personas posible.

¿Y en qué consistió ese proceso?
En lugar de trabajar yo solo en casa busqué apoyarme en un gran equipo de personas no profesionales que, tras aprender una serie de técnicas, pudiesen expresarse artísticamente y crear materiales con los que luego ir conformando una colección de moda. Se trataba de una propuesta a caballo entre la moda, la didáctica y el arte. Al principio nadie entendía muy bien lo que íbamos a hacer ni cómo aquello podría funcionar, pero creo el resultado fue espectacular y que quienes participaron en el proyecto quedaron muy contentos con los resultados. Trabajando en equipo todo el mundo acaba aprendiendo algo.

Has puesto un ejemplo en el que la moda puede desempeñar un papel social muy positivo. ¿En qué otros sentidos puede decirse que la moda importa o que sirve para algo?
La moda sirve, y no sólo porque haya que vestirse. La moda es también un lenguaje que hemos articulado. Todo el mundo comunica algo con su ropa, e incluso quienes no quieren decir nada, lo están diciendo. En este sentido, creo que los diseñadores tenemos la capacidad de proyectar mensajes en nuestras creaciones para que la gente los haga suyos. Y no creo que ningún mensaje sea malo. Por ejemplo, ahora mismo hay tendencias de moda (como la ropa de género fluido, sin género o unisex) que habrá a quien le parezcan indignas o que se alejan de la simple necesidad de vestir. Pero la interpretación de los mensajes es cosa de cada uno. Y una persona que vista “como todo el mundo” transmite un mensaje que puede ser tan criticado como el de quien se viste de acuerdo con corrientes que entienden el género de otra manera. En general, a mí me gustaría que la gente supiera por qué determinadas personas visten como visten y qué están queriendo decir. Para entender la moda hay que fijarse mucho en la sociedad, preocuparse por la gente, ir a la calle y ver qué está pasando. Hay que salir del barrio, del pueblo, ver que hay vida inteligente en otros países, preguntarse cómo viste la gente en otros lugares, cómo son…

(*) David Navarro Juan es licenciado en Humanidades y estudiante de máster en la Carlos III de Madrid.

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