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Carta dirigida a los socios de la Sociedad de Cazadores San Huberto

Por Cristóbal García Verdú, ex directivo doce años

Deseo explicarme de cara a los socios y a la opinión pública con respecto a la baja que ha ejecutado la directiva actual de mi persona, con fecha 11 de abril de 2012, como socio que yo era actualmente y anterior presidente de la Sociedad de Cazadores San Huberto. Por sorprendente que parezca, dicha decisión de apartarme de la Sociedad se ha llevado a cabo según un “código sancionador” inventado del que no existe copia y no tienen conocimiento los socios.
Para que los lectores se hagan una idea, describo textualmente los párrafos escritos por la actual Junta Directiva en la que basan su decisión de darme de baja:

– Efectivamente, así es inconcebible que señores que no contribuyen como los demás socios económicamente en la Sociedad quieran disponer de los mismos derechos que los socios que cumplen al 100% con esta Sociedad en su modalidad de socio

– Los socios que se hallen de baja temporal pagarán la cuota anual de socio colaborador y mantenimiento establecida por la Asamblea General a propuesta de la Junta Directiva.

– Los socios en baja temporal con cuota de mantenimiento no podrán realizar actividades de aprovechamiento cinegético en los cotos de la Sociedad de Cazadores, no tendrán voz ni voto en las asambleas generales y extraordinarias.

Ante estos argumentos expuestos por la directiva actual quiero aclarar que el año pasado solicité acogerme a la modalidad de socio con baja temporal al no poder pagar la cuota ante la situación económica.
Por eso yo no he solicitado la baja definitiva a la directiva sino he que solicitado solo una baja temporal.

Entregué 20 cartas a 20 socios explicando mi situación y que me estaba pensando pedir la baja por desacuerdo con el actual presidente y su Junta Directiva. Y cual fue mi sorpresa cuando me encontré en el tablón de anuncios cinco folios en los que el presidente me respondía como si yo fuera el peor de los socios de San Huberto. Más le valdría que antes se mirara él en el espejo.

Creo que la manera en que esta Directiva está llevando la Sociedad nos está llevando a que dentro de poco ya no existirá la Sociedad. Además cuando alguien pedimos explicaciones se le da de baja para quitarse así los problemas de presentar cuentas públicamente y explicar ante todos su gestión.

Quiero reseñar también que se me ha tratado injustamente porque, por ejemplo, el actual tesorero está en situación de socio temporal que yo solicito ahora y no por ello se le ha dado de baja. Si se le tratara como a mí este tesorero no tendría que representar ese cargo.

De cara a que los socios valoren mi persona, el gran interés que siempre he demostrado hacia la Sociedad de Cazadores San Huberto y mi trabajo al frente como presidente desde 1994 a 2006, unos años en los que no saltó ningún tono de voz más alto que otro, hubo transparencia en las cuentas y se consiguieron algunos de los logros más importantes en la historia de esta Sociedad de Cazadores.

Como ejemplo y prueba de lo que digo, enumero a continuación los saldos desde el año anterior a mi toma de posesión:

1993 = 97.188 Pts – 1994 = 969.552 Pts – 1995 = 529.944 Pts – 1996 = 614.777 Pts – 1997 = 1.303794 Pts – 1998 = 2.275.000 Pts – 1999 = 2.743.806 Pts (este saldo es negativo debido a que compramos nuestra actual sede)… Y así siempre con saldos positivos desde que entramos en el euro, incluyendo el año 2002 en el que compramos el coche del que dispone la Sociedad. Seguimos invirtiendo y al final de mi legislatura entregué un saldo positivo de 38. 244. 94 €.
Ahora solo pido que al día de hoy se verifique el saldo existente y no creo que por pedir las cuentas se me tenga que dar de baja.

Dirijo esta carta especialmente a los socios de la Sociedad de Cazadores San Huberto a los que quiero decirles que no sigan con los brazos cruzados. Ellos mejor que nadie saben que no menciono otros temas igualmente conflictivos y que han alterado la convivencia en nuestra Sociedad, como las últimas declaraciones del presidente en Internet que tanto daño han hecho a nuestro colectivo.

Por todo lo expuesto pido también la dimisión del presidente y la actual Directiva por no sentirme representado por ellos como cazador.
Antes me sentía muy orgulloso de decir a todo el mundo que yo soy cazador, pero ahora tengo que admitir que ante estas circunstancias me da vergüenza manifestar mi gran afición de toda la vida a la caza.

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