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Yecla
lunes, 15 diciembre, 2025
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Perdónenme que insista…

Las Fiestas de la Virgen son religiosas, populares e históricas, y cada año las esperamos con el compromiso de mantener esta tradición que nos define y nos enorgullece

Antonio M. Quintanilla Puche

La llegada de diciembre marca un tiempo especial: las Fiestas de la Virgen que mantienen a Yecla encendida durante estos días. Por eso perdónenme que insista pero creo que no está de más repasar cuando llegan estas fechas porqué pasa lo que pasa en Yecla durante estos días, aunque las Fiestas echaron a andar como quien dice con el Sorteo de Insignias, las reuniones de la directiva de la Asociación y la Corte de Honor, la apertura de cuarteles, la puesta a punto de trajes, arcabuces… Que se lo pregunten si no a los Mayordomos que llevan todo el año atando y atando cabos para que todo resulte a la perfección, como así ha vuelto a suceder en los primeros días grandes de las Fiestas que ya hemos vivido. En Yecla se respira un ambiente que combina fiesta, historia y tradición porque, más que una programación de actos, las Fiestas de la Virgen son un modo de vivir la identidad yeclana desde tres puntos de vista imprescindibles que convergen y nos unen más que en ningún otro momento del año. (Y esto que escribo a continuación lo reiteramos cada año por estas fechas desde que nació este periódico. Por eso, perdónenme que insista).

Estas Fiestas son religiosas pues su origen surge de la devoción a la Purísima Concepción. Desde hace casi cuatro siglos, los yeclanos devotos renuevan su fe hacia la Virgen, agradeciendo su protección y pidiendo su intercesión. Al mismo tiempo, paralela e indivisiblemente, las Fiestas de la Virgen son también unas fiestas populares porque involucran a todo el pueblo sin distinción de creencias, ideologías o edad: todos participamos, o involucrándonos en el desarrollo de las Fiestas o como espectadores que llenamos las calles. La dimensión popular se refleja en las caras de alegría, en el estruendo de los arcabuces, en el ambiente festivo que impregna cada rincón de Yecla. El pueblo entero se moviliza, convirtiendo devoción y participación popular en una celebración única porque esta historia solo forma parte de la historia de Yecla y de ningún otro pueblo: Las Fiestas de la Virgen son históricas porque hunden sus raíces en el siglo XVII, hace casi 400 años.

Desde entonces Yecla y los yeclanos han mantenido viva esta tradición, adaptándola a los tiempos sin perder su esencia, como deber de ser. Las Fiestas de la Virgen son históricas porque son memoria viva, un puente entre los abuelos y los padres que nos las transmitieron y un punto de unión con nuestros hijos que las seguirán celebrando bajo estas tres premisas indispensables para garantizar la continuidad de estas Fiestas por los siglos de los siglos. Por eso, y perdónenme que insista las veces que hagan falta: Las Fiestas de la Virgen son religiosas porque nacen de la fe y la devoción, populares porque las vive y disfruta todo el pueblo libremente a su manera, e históricas porque nos conectan con siglos de tradición. Esos son los motivos, y perdónenme que insista un año más, por los que cada año las esperamos con entusiasmo y con el compromiso de mantener viva una celebración que nos define y nos enorgullece.

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