Yecla se construye con sus gentes, con sus momentos compartidos, y sin duda las Fiestas de la Virgen son el mejor ejemplo de ello
Antonio Martínez Quintanilla
Entre reconocimientos y celebraciones por nuestro 25 aniversario y los Premios Siete Días Yecla casi nos habíamos olvidado (es solo una forma de hablar), de que las Fiestas de la Virgen ya han comenzado a dar sus primeros pasos. Hemos estado tan concentrados en la organización de los Premios Siete Días, tan volcados en rendir homenaje a quienes hacen grande esta ciudad, haciéndonos a la vez un poco más grande a cada uno de nosotros, que apenas hemos sido conscientes de que el “Alma de Yecla” ya está de nuevo latiendo a pleno rendimiento. Todo comenzó el primer domingo de octubre, como ordena y manda la tradición, con el Sorteo de Insignias. Por cierto, felicidades a los clavarios que resultaron elegidos este 2025, José Ortuño Hernández (Bastón) y Santiago Ibáñez Molina (Bandera).

Aunque oficialmente las Fiestas de la Virgen echan a andar con el Beneplácito, el Sorteo de Insignias es el primer acto previo que nos anuncia que comienza la cuenta atrás. No descubro nada nuevo: la elección de clavarios es mucho más que un trámite, es un momento de compromiso, de continuidad con la historia que nos une e identifica. A este primer paso le siguió la presentación del cartel anunciador firmado por el diseñador gráfico Antonio Sánchez Cuenca. Acierta la Asociación de Mayordomos eligiendo a jóvenes diseñadores que aportan otras propuestas visuales artísticas combinando tradición y modernidad. El cartel no solo anuncia, también nos invita y recuerda que lo mejor está a punto de llegar. Como llegaron el pasado domingo 26 de octubre “las gachasmigas populares más populares de todas las gachasmigas”. Ocho mil personas, pero si calculamos los comensales nos salen unas 40.000 sopas y atrás a una media de cinco por cabeza aunque seguro que fueron bastantes más. Una excusa perfecta para reencontrarnos entre trago y trago (miles de tragos de vino de Yecla si los calculáramos con la misma fórmula), y sentirnos parte de algo grande. Resumiendo: solo faltan 30 días, ni uno más ni uno menos, para el 5 de diciembre que marcará el inicio oficial de las celebraciones más ancestrales de Yecla.

Y a partir de ahí cada momento será una explosión de emoción, devoción y orgullo. La Alborada, la Bajada, el Beso a la Bandera, la Minerva, las arcas cerradas, la Procesión del día 8, los desfiles, los himnos, las bandas de música… Las Fiestas de la Virgen son mucho más que una tradición, son el reflejo de la historia que hemos vivido y compartido desde críos, nuestras raíces, nuestra forma de entender la vida. Son el abrazo entre generaciones, el regreso de quienes vuelven estos días, la reafirmación de pertenecer a esta tierra y de formar parte de ella. Desde el periódico Siete Días Yecla nos volvemos a sumar, como venimos haciendo ininterrumpidamente desde hace 25 años, a las Fiestas de la Virgen con la satisfaccion y la complicidad puestas a punto. Porque si algo hemos aprendido es que Yecla se construye con sus gentes, con sus momentos compartidos. Y las Fiestas de la Virgen son, sin duda, el mejor ejemplo de ello.













