27 C
Yecla
domingo, 8 junio, 2025
spot_img

¿Disfrazados o caracterizados?

¿Es lo mismo disfrazarse que vestirse o caracterizarse de recreador o, en el caso de Yecla, de labrador, ‘tiraor’ o capuchino?

Antonio M. Quintanilla

Uno de mis cuatro hijos reconocidos (ahí lo dejo para que cada cual y cada ‘cuala’ piense lo que quiera), detestaba disfrazarse cuando era pequeño. Ni siquiera en Carnaval. Y vestido de ‘pastorcico’ aguantaba poco y menos. Solo una vez se disfrazó de los Blues Brothers influenciado por su padre en esa edad en la que pensaba que su progenitor era el mejor del mundo hasta que fue cumpliendo años y su padre pasó a ser el enemigo público número uno. Y de pintarle la cara, nada de nada, eso era misión imposible. Todo lo contrario que su hermana porque principalmente a las niñas les encanta disfrazarse y maquillarse, ponerse tacones y collares, aunque no sé si este comentario hoy quedará machista y heteropatriarcal. (Si así fuere al menos que me dejen elegir la forma en la que quiera que me ejecuten). Mi hijo solo consentía para mi suplicio y consternación ponerse la equipación del Atlético de Madrid durante los siete días de la semana. Conforme fue creciendo conseguimos que se vistiera de capuchino animado por varios amigos del cole que lo convencieron a él y a su hermana para salir en una cofradía durante unos años. Sin embargo cuando a mi hijo le entró el conocimiento, o quizás fue que lo perdió del todo, apareció un día de ‘motu propio’ vestido de labrador sanisidrero y al poco tiempo de ‘tiraor’ después de haber participado en la Virgen vestido de cargador. Abro paréntesis. En más de una ocasión les he comentado la curiosidad que me suscitan las familias que participan en todas las fiestas locales pensando en cómo de inmensos deberán ser los armarios de sus casas en los que guardan todas las indumentarias, perifollos, abalorios, accesorios y demás parafernalia que conlleva vestirse para cada celebración. Cierro paréntesis.

Pensaba en este asunto familiar interno este fin de semana contemplando las huestes de ‘Yecla, siglo de oro’ que han conquistado esta ciudad, y pensando a la vez en tantas ocasiones en las que hemos debatido en nuestro grupo de amigos si vestirse para este tipo de eventos, al igual que para nuestras tres fiestas locales más grandes, es lo mismo que disfrazarse. La conclusión siempre ha sido que nunca llegamos a ninguna conclusión. Las pandillas en las que no surge jamás ningún desacuerdo son lo más parecido a ir a pasar la tarde a casa de tu abuela para merendar con ella y sus amigas. ¿Es lo mismo ponerse un disfraz que recrear una época? ¿Si van disfrazados los recreadores, también vamos disfrazados los yeclanos cuando nos ponemos el atuendo de labrador, ‘tiraor’ o capuchino? ¿Es lo mismo disfrazarse que caracterizarse? En mi caso siempre defendiendo a capa, espada y arcabuz que disfrazarse implica ponerse una ropa para imitar de cachondeo a un personaje en plan festivos y de pitorreo. Ahí está la clave y la gran diferencia. Disfrazarse es superficial y orientado al entretenimiento, la diversión, el jolgorio, mientras que caracterizarse implica una transformación más profunda y detallada para lograr una representación más realista. ¿Significa entonces que caracterizarse está reñido con pasárselo bien? Otro día les responderé porque hoy ya no tengo espacio. (Y ahí lo dejo para que cada cual y cada ‘cuala’ piense lo que quiera).

spot_img
spot_img

Más artículos

Artículos relacionados

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Últimos artículos