Tras las Fiestas de la Virgen, Yecla vive una Navidad breve, pero a la vez intensa y peculiar
Concluidas las Fiestas de la Virgen, Yecla se adentra en la Navidad con un aire diferente: llega después que a ningún otro lugar pero lo hace con la intensidad y el ajetreo que caracteriza a nuestra ciudad. Tras días de fervor religioso y tradición, Yecla se transforma en luces, villancicos y reuniones familiares. No solo es una fecha, sino un sentimiento que se enciende de golpe, como quien abre de golpe las puertas de su casa para recibir a sus íntimos. Fiestas de la Virgen, Navidad y otra costumbre profundamente arraigada: el sorteo de la Lotería Nacional. ¿Quién no lleva un número que ha adquirido a solas, a medias o entre varios, de una escuadra, una peña, un cofradía, una asociación, un colegio o un club deportivo? Comprar un décimo, compartirlo con amigos, familiares, compañeros de trabajo, forma parte de nuestras señas yeclanas de identidad. La ilusión se suma al espíritu navideño. Así, Yecla vive una Navidad breve, pero intensa y singular. No hay que lamentar que en Yecla la Navidad no llegue hasta que no finalizan las Fiestas de la Virgen, porque si no fuera así no sería nuestra Navidad, tan yeclana y tan distinta.













