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sábado, 4 octubre, 2025
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Policía y sociedad

Francisco de Paula García Vélez (*)

El día 2 de octubre se celebró la festividad de los Santos Ángeles Custodios, patronos del Cuerpo Nacional de Policía. Esta celebración me ha llevado a pensar sobre la visión que la sociedad pueda tener de su policía, y lo que implica socialmente ser policía.

Desde un punto de vista social, la figura del policía es no solo compleja, sino también a veces contradictoria. El policía, y por lo tanto la policía en su conjunto, representan el orden, la ley y la garantía de la pacífica convivencia, es el pilar sobre el que se asienta la seguridad, pero también, según las circunstancias históricas, puede representar el símbolo de la opresión. Es decir, la percepción social de la policía varía sustancialmente según la cultura donde ejerza sus funciones, la historia del lugar, y las experiencias personales y comunitarias. En definitiva y en esencia ser policía es asumir un papel social que está lleno de simbolismo y de expectativas sociales, que son tanto positivas como negativas.

Por otra parte, el ser policía no es una profesión que se ejerza solo en un horario determinado. Es una identidad que cuando se adquiere moldea de forma definitiva la vida personal y familiar del este. Su horario irregular en muchas ocasiones; su exposición constante al peligro y las situaciones traumáticas de muchas de las intervenciones que tiene que realizar afectan de manera muy directa a sus relaciones familiares y sociales.

Muchas veces tanto amigos como familiares pueden no llegar a entender que todas estas experiencias y vivencias pueden afectar al policía en sus relaciones, y generarle una gran brecha de comunicación. Esto puede hacer que, en ocasiones, el policía se vuelva excesivamente vigilante de su vida personal, lo que le lleva a dificultarle que disfrute de su ocio de una manera relajada, así como que las conversaciones en las reuniones sociales puedan resultar incomodas al revelarse su profesión y no saber la gente como reaccionar.

Todo esto hace que el ser policía socialmente sea una situación que oscila entre la admiración, el rechazo, el heroísmo y la desconfianza. Una profesión que requiere un inquebrantable compromiso con la ley, si bien también expone al mismo a la cara más oscura de la sociedad. Ello lleva a que la percepción que la sociedad tenga de su policía sea como un termómetro que mide la salud de la sociedad para la que trabaja, ya que refleja la esperanza de esa sociedad en la seguridad y el orden, pero al tiempo también pone de manifiesto sus más profundas divisiones y miedos ya que supone un espejo en el que se reflejan como la sociedad se relaciona con la autoridad, y con aquellos a quien la ley ha dado la facultad de proteger o castigar cuando es necesario.

Si idealizamos la figura del policía, este se presenta como un héroe cotidiano que está en primera línea de la defensa contra el delito, al que se puede acudir en momentos de crisis ya que, generalmente, resuelve los conflictos e intenta mantener la paz. Y este rol social genera una confianza en la estabilidad de la sociedad. Y en este contexto, ser policía es una vocación de servicio, un compromiso con la comunidad que va más allá de un simple trabajo. Ser policía implica un sacrificio personal, la exposición al peligro y la renuncia a la vida privada, ya que el uniforme nunca se quita del todo.

Quiero aprovechar estas líneas para felicitar a todos mis compañeros del Cuerpo Nacional de Policía en la festividad de nuestros Patronos, entre los que lógicamente incluyo a los que como yo ya estamos en la situación de jubilados, pero mantenemos viva nuestra vocación de servicio a la sociedad que hemos prestado durante toda nuestra vida profesional. Y no puedo olvidar a las familias de todos los policías, ya que ellas soportan todos los inconvenientes que nuestra hermosa profesión conllevan. También mi recuerdo más emocionado para todos aquellos que dieron su vida en el cumplimiento de sus funciones profesionales.

(*) Francisco de Paula García Vélez, es Comisario Honorario del Cuerpo Nacional de Policía.

 

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