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domingo, 6 julio, 2025
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El “papel en blanco” de Mari Luz Puche

El “papel en blanco” al que se enfrentó Mari Luz Puche fue su pertinaz empeño en crear en Yecla la Escuela de Educación de Adultos

Este año he tenido la fortuna de que el Centro de Educación de Adultos de Yecla me propusiera formar parte del jurado del “Concurso de cuentos Mari Luz Puche”. Me he sentido muy complacido por doble motivo: el CEA Yecla, al que popularmente nos referimos como la Escuela de Adultos, cumple 40 años y, además, el citado certamen literario lleva el nombre de mi prima hermana Mari Luz Puche. Una experiencia que aún no había tenido ocasión de catar y que espero que se repita en alguna que otra vez más. (Más claro, agua). Por ese motivo me solicitaron que como miembro del jurado escribiera el artículo que reproduzo a continuación. Lo he titulado “El ‘papel en blanco’ de Mari Luz Puche”, y ha sido publicado en el periódico El Reloj (me encanta que en vez de revista le llamen periódico), que se presentó en el Auditorio el pasado miércoles y entre cuyas páginas se recogen los trabajos de los ganadores de las tres categoría. (Como se suele decir en estos casos, copio y pego): “El papel en blanco” es para los escritores un territorio intimidatorio. La página vacía es a la vez una oportunidad pero también una amenaza a la hora de empezar a escribir un relato, un cuento, un artículo, cualquier texto a fin de cuentas. Y en el caso de escritores principiantes esa inseguridad se acrecienta. El temor y la presión por crear algo original que guste a los demás genera ansiedad y bloquea el brote de las ideas y la escritura. Siempre se escribe con el desasosiego de pensar a cada palabra si las líneas que vamos creando serán o no del agrado de quienes las lean porque el fin primordial de escribir no es otro que llegar a los lectores.

Mari Luz Puche será siempre mi prima hermana del alma a pesar de que se nos fue hace casi tres décadas, en un lejano 4 de julio de 1996 a la edad de 36 años. El “papel en blanco” de Mari Luz fue su pertinaz empeño en crear de la nada más absoluta en Yecla una escuela para jóvenes y adultos que, por muy distintas razones, habían dejado las aulas o no habían tenido la oportunidad de acercarse a ellas, pero deseaban engancharse a los estudios y la formación académica. Recuerdo la ilusión y el ímpetu (Mari Luz era una mujer que hablaba con los ojos y el corazón), con el que me contaba cada paso que daba para hacer realidad su anhelo. La pasión tenaz e infatigable de Mari Luz y de sus compañeras y compañeros pioneros en la educación de adultos en Yecla (que no nombraré para no dejarme a nadie en el tintero pero que de sobra saben a quiénes me estoy refiriendo), dio como resultado que de “aquel papel en blanco” al que se enfrentó Mari Luz surgiera la excepcional historia que tiene a sus espaldas el Centro de Educación de Adultos de Yecla y que se continúa escribiendo hoy con letras mayúsculas cada día. El Concurso de Cuentos del CEA que lleva el nombre de Mari Luz Puche es sin duda el homenaje más grande que se le podía hacer por parte de los profesores y los alumnos que decidan presentar sus narraciones tras haber logrado vencer al “papel en blanco” con la misma persistencia, pasión y confianza en sí mismos que siempre definió a la mujer que da nombre a este certamen”.

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