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Yecla
sábado, 3 mayo, 2025
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Música para todos, un museo vital

Charo Cutillas

El Museo de la Música de Yecla, en la sede de la Asociación de Amigos de la Música, es una grata sorpresa y una valiosa aventura.

Empieza la visita en el mismo vestíbulo, en donde se encuentra un piano que puedes tocar, sentir la calidez del teclado. Este piano tiene una larga historia, pero baste decir que estuvo en la Exposición Universal de París celebrada en 1889.

A continuación los visitantes se ven fascinados por una serie de instrumentos, como la tuba, el saxofón, violonchelo, clarinete y la trompeta. Cada uno de ellos decoran la sala y suenan para que podamos recrearnos en sus diferentes sonidos. Estos vetustos instrumentos pertenecen, en su mayoría, a la antigua Banda Municipal de Yecla de mediados del siglo XX. A continuación, en la biblioteca, tienes el privilegio de admirar partituras escritas a mano, y otros enseres del oficio, tales como estuches para guardar las cañas. Cosas que en su minúscula humildad nos enseñan el quehacer cotidiano de aquellos artistas yeclanos que destacaron por su arte.

Seis salas. Un itinerario que narra los avatares de la asociación, y sus antecedentes, con nombres que dejaron su poso de autenticidad y entrega a la música. Hombres, (porque los tiempos impedían otras cosas) que desde el siglo XlX, han puesto su empeño y su saber en que Yecla tuviera una banda de música, con nombres como La Primitiva, La Filarmónica o La Artística. Músicos y compositores que han llenado nuestrodevenir musical, hasta llegar a lo que hoy es la asociación y su banda.
Una historia y un futuro.

Espacios en los que se muestra la música de los grupos que amenizaron los imaginativos años sesenta del pasado siglo

Una pequeña aula en donde se destapa la percusión. Un alegre sonido que todos reconocemos. Puedes tocar la batería o escuchar la lluvia a través de un shaker, Coger una baqueta, hacer tintinear el platillo o la caja, llevándote a una experiencia seductora.

Algo que resulta extraordinariamente atractivo, sea la posibilidad de poder escuchar música a través de soportes que ya no se usan: El cassete o el vinilo. Los adultos nos encontramos con aparatos que en su momento eran tecnología punta, y nos recreamos con recuerdos de aquellos ingenios que alimentaron musicalmente nuestra juventud, y los más jóvenes aprenden que, antes de las innovaciones que se usan hoy, existieron otras que nos alumbraron del mismo modo que ahora regala nuestro oído el USB, el teléfono móvil, y otros inventos por venir.

Abandonamos los antiguos artilugios reproductores y nos sentamos en la sala de ensayos, y ahí nos espera una de las joyas de este museo. Un breve concierto en donde unos jóvenes músicos nos ofrecen el prodigio de la música en directo.

El museo de la Asociación de Amigos de la Música, desprende vivacidad y alegría, abierto a cambios, haciéndose a sí mismo de la mano de músicos, voluntarios, colaboradores y cómo no, los visitantes.

Para terminar la visita, en la cafetería, nos espera un brindis por la música: Un vino en consonancia con el ambiente, de nombre «Filarmonía», y unos deliciosos canapés.
De verdad, para no perdérselo.

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