No vale para nada ahora preguntarnos cuál hubiera sido nuestro comprtamiento si llega a durar más días
Será una de esas experiencias que recordaremos durante mucho tiempo y que, incluso si llegamos a olvidarla, podremos decir siempre que vivimos una histórica situación de emergencia en primera persona. Aunque nunca se sabe: la pandemia fue mucho dramática y prolongada, y puso infinitamente en más riesgo nuestras vidas, y sin embargo ya parece que sucedió hace siglos. Ni punto de comparación con el apagón eléctrico que el pasado lunes 28 de abril padecimos en Yecla, al igual que en el resto de España, aunque el susto que se nos metió en el cuerpo estamos tardando días en quitárnoslo de encima.
Por eso no vale la pena cuestionarnos ahora, como innecesariamente se vienen preguntando muchos, si la actitud cívica con la que se comportó la ciudadanía yeclana hubiera sido otra si el apagón se llega a prolongar varios días más. La realidad no se basa en conjeturas sino en hechos contantes y sonantes y la verdad es que debido a que la luz regresó antes de darnos cuenta (a pesar de lo largas que se hicieron las horas), Yecla ha recobrado la plena normalidad con la misma serenidad que vivió esta situación tan insólita y extraordinaria.