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Cartas Heculanas

Estas Navidades en un vídeo de la Casa de Cultura de Yecla (https://www.facebook.com/casaculturayecla/videos/1065285097618276) se mostraban las publicaciones a la venta y aparecía “Cartas Heculanas. Epístolas a José Luis Castillo-Puche de José Santa Marco con edición, estudio, transcripción y notas de Liborio Ruiz Molina, publicado por el Museo Arqueológico Municipal de Yecla (MaYe) con la colaboración de AMAYecla (Amigos Museo Arqueológico de Yecla) y la Concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Yecla en el nº 6 de la serie Divulgación que ya contaba con “El Camino de Maltrepsi.

El trazado viario romano en el término municipal de Yecla: de “Ad Ars” a “Ad Palem”” de Liborio Ruiz Molina,que es el nº 1, publicado en 2014; “La Quinta de Peñalbilla. Descripción de una colonia agrícola que hace a sus nietos el abuelo” de Carlos Lasalde en edición de Fernando López Azorín, del 2018 es el nº 2; “ArsRupestria. Monte Arabí. Yecla (Murcia)” de Liborio Ruiz Molina y Juan Carlos Puche Carpena, del 2019, es el nº 3; “Honor e Hidalguías, poder municipal en la Yecla del siglo XVIII” de Liborio Ruiz Molina en el 2020, es el nº4; y “Zarandajas” de P. Bañón Soriano y Maximiliano G. Soriano, en edición de Miguel Ángel Puche López, del 2021 es el nº 5.

“Cartas Heculanas” cuenta con un interesante prólogo de Miguel Ángel Puche López que inicia con: “Las palabras son coordenadas del espacio y el tiempo vividos”, y estos “segmentos gráficos”, como dice Miguel Ángel, nos van a empezar a situar en un momento concreto de Yecla y, al mismo tiempo, en unos paisanos, José Luis Castillo-Puche y José Santa Marco (“conocido por haber fundado y regentado “La Zaranda”, uno de los lugares de ocio más emblemáticos de la ciudad de Yecla”), que perfectamente pueden ser ellos mismos personajes literarios y que son los protagonistas de las misivas, uno el receptor que vive fuera de Yecla y el otro el emisor que las escribe desde Yecla, relatando lo que sucede en ese momento como tantas otras cartas de las que se escribían, por esos años, entre amigos o familiares que no estaban habitando en el mismo lugar. Después en la amplia “Introducción” de Liborio se irán perfilando espacios y tiempos, personas y personajes, sucesos y hechos, huidas y presencias, bulos y verdades, rumores y certezas, palabras y más palabras,… para acometer la lectura de las cartas propiamente dichas y, en el “Apéndice documental”, algunos de los famosos, y un tanto polémicos, artículos firmados por Castillo-Puche en periódicos de la época (La Verdad –Murcia- y ABC-Madrid-)y en la “Revista Oficial Fiestas de La Purísima” de Yecla.

Es un libro que habla de unos hechos que permanecen y se han recreado en el imaginario de los vecinos, de una época convulsa en el desarrollo futuro de la ciudad, de los entresijos de una sociedad que quería mirar hacia adelante, de rencillas, amistades y “dimes y diretes”, de progreso y educación, de las diferentes formas de entender el conocimiento, de las influencias de las fuerzas vivas que gobernaban y hacían y deshacían, de costumbres y curiosidades, de las vivencias de la época, de un escenario que ha servido de referencia y nostalgia para rutas, “viacrucis” y esa “M-30” (que nombra Antonio M.Quintanilla Puche en una de sus “Crónicas Yeclanas”) de tapeos y aperitivos,…un libro fruto de la investigación en los fondos de la Fundación Castillo-Puche que alberga el legado del autor y cuenta con varios miles de cartas y documentos.

Si con “El camino de Maltrepsi” en 2014 se asoció una ruta literaria que se desarrolla desde entonces por las vías y campos de Yecla en dos mañanas dominicales del otoño de la mano de AMAYecla, y en “Zarandajas” se realizó un divertido y emocionante “Maratón de Lectura” en la Casa de Cultura, ahora, “Cartas Heculanas”, puede servir para alguna sesión de los Clubs de Lectura, o para algún debate y comentarios en cafeterías y bares, quizás intentando emular ese escenario que unía a los dos protagonistas de las cartas y que servía de excusa para conocer los intríngulis de la vida social de los pueblos, para ver y dejarse ver, para disfrutar de amistades y para compartir esos chatos de vinos, esos vermuts o esas cervezas que soltaban la lengua y aclaraban o liaban pensamientos y esas costumbres gastronómicas que han ido evolucionando en tardeos y en las diferentes denominaciones de visitarlos actuales lugares de ocio y copas. Siempre es bueno homenajear con la lectura la figura de Castillo-Puche y más en estos días que es cuando se celebra el aniversario de su último viaje a Yecla para quedarse definitivamente y ocupar un lugar en la memoria permanente.

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